publicado el 20 de octubre de 2020
Como vengo repitiendo últimamente, la música que escuchamos en «La Frontera Perdida» es música lenta, para los que nos gusta pisar el freno, para detenerse y escuchar con atención. También me gusta emplear el símil de un buceador que desciende lentamente hacia las profundidades mientras las burbujas ascienden en sentido contrario, escapando de la caída en el abismo.
Hay determinadas músicas que, cuando suenan, nos arrastran hacia lo profundo, nos sumergen en un océano de sonido que nos arropa y nos aísla de la mundanal vorágine; es música para sumergirse lentamente.
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Selección musical ©2020 Javier Bedoya para lostfrontier.org